La Educación Física en la provincia de Buenos Aires
DE LA ESCUELA A LOS JUEGOS OLÍMPICOS
Pasado mañana, Brian Toledo representará a la Argentina en las Olimpíadas 2012 en lanzamiento de jabalina. Junto a él estará su entrenador, Gustavo Osorio, como lo hizo a lo largo de toda la trayectoria escolar de su alumno. Su historia refleja la importancia de la escuela en la formación física y deportiva.
El mundo se sorprende cada cuatro años con la destreza de los atletas que participan en los Juegos Olímpicos. Este año, en Londres 2012, uno de esos deportistas que asombrará a millones de espectadores es Brian Toledo, un joven de 18 años, de la provincia de Buenos Aires, cuya habilidad es el lanzamiento de jabalina. Es también el primer sorprendido de poder participar en esta competencia internacional, cumpliendo así con algo más que un sueño gestado cuando concurría a la Escuela Secundaria Nº 2 De Marcos Paz y al Centro de Educación Física (CEF) Nº 31 de esa ciudad.
Hoy sigue a su lado el profesor que lo formó cuando en el patio de su escuela descubrió que su pasión era el atletismo. Es ese mismo profe de Educación Física, Gustavo Osorio, que lo llevaba en su moto, con la jabalina al hombro, para poder intervenir en algunos de los torneos que lo fueron consagrando en su carrera. En esos viajes repletos de anécdotas jamás se imaginaron que iban a compartir días felices en una Villa Olímpica.
Por eso, la historia y los logros de Brian son también los de su profesor que durante su trayectoria escolar fue quien detectó las potencialidades físicas de su alumno y lo incentivó a desarrollar su capacidad deportiva. Cuando el miércoles próximo, Brian sea uno de los 50 lanzadores que busquen superar los 82 metros para pasar a la final del sábado 11, cientos de recuerdos de un pibe que lanzaba su jabalina en una escuela pública, volarán por el cielo londinense.
A horas de pisar el Estadio Olímpido, Brian piensa sólo en la competencia: “El primer rival a vencer soy yo mismo. Luego, detrás mío, está todo el mundo en la lista a vencer. Respeto a todos los rivales, pero ninguno me intimida ni me da miedo sino que me motiva y me da ganas de lanzar junto a ellos”. No obstante, sin perder las esperanzas coincide con su entrenador en que “hay mucha escuela, historia y cultura de jabalina en Europa. Alemania, Finlandia, Polonia y Noruega, son países fuertes en esta disciplina”.
En un recorrido a través del tiempo, ambos evocan el comienzo de esta relación entre profesor y alumno, cuando en el año 2003, Brian con 10 años, concurría al 4º grado de la Escuela Primaria Nº 15 de Marcos Paz. Allí comenzó las clases de Educación Física en las que Osorio, para motivar al alumnado, los invitaba a las clases de atletismo.
Osorio recuerda que Brian, como el resto de sus compañeros de la primaria, tenía clases de educación física dos veces por semana, martes y jueves. Al ingresar a la Escuela Secundaria Básica Nº 2, en la que fue abanderado hasta 9º año, les pidió a sus profesores dedicarse al lanzamiento de jabalina. Pero la educación física en las escuelas se dicta de manera integral, para que todos los alumnos tengan una formación en común en materia física y deportiva y luego, si el alumno muestra capacidad para un deporte en particular, se lo deriva al Centro de Educación Física (CEF) como alternativa para una profundización en alguna disciplina en particular.
Es así como Brian, por indicación de Osorio, quien detectó sus habilidades, asistió luego al CEF Nº 31 de Marcos Paz, donde practicaba atletismo a contra turno, de 17 a 19. “Cada vez se busca mejor desarrollo deportivo, ponerles más estímulo para ingresar en otro nivel más avanzado en el cual empiezan a entrenar, para luego realizar una ejercitación diaria”, explica su entrenador al referirse a ese tránsito escolar.
Profesor y licenciado en educación física, entrenador nacional de atletismo y entrenador de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), Gustavo Osorio dice que lo suyo es vocación pura pero, ante todo, es docente. Por eso, cuenta que para estimular a los alumnos los invita a la pista de atletismo, no por su habilidad y potencial, sino para insertarlos desde el deporte y la educación física como trampolín hacia el atletismo.
Osorio recuerda que había otros alumnos que lanzaban mejor que Brian, pero la constancia que le puso él se sumó a sus condiciones naturales y le permitió desarrollar a pleno sus potencialidades.
“Empezamos a mejorar ese talento innato y a sacarlo a la superficie con el entrenamiento de los años. Hay que saber acompañarlo en tiempo y forma para no quemar etapas. Brian tuvo, sobre todo, la gran capacidad de poder seguir y yo de poder entrar en esa simbiosis de trabajo”, cuenta el profe.
El profe y el ámbito de la escuela
Osorio asegura que ha venido a este mundo “a enseñar y educar”. Los patios y los campos de deporte son su segunda casa. Considera que los profesores de educación física están en el momento preciso para hacer infinidad de juegos y tareas con los alumnos, y así lograr importantes avances en la motricidad y en la coordinación. “Los chicos que están entre 4º y 6º grado están en esas edades sensibles, en una etapa de oro para avanzar en este terreno”.
Con su experiencia docente asegura que “no hay nada como dar simplemente educación física en el patio de la escuela, hacer que el niño pueda jugar y, a través de eso, dar actividad física para que luego cuando el alumno inicie una disciplina esa transferencia se convierta en movimientos más factibles y le resulte más fácil llegar a cumplir objetivos más altos”.
La de Brian y su profe no es una historia única. Varias similares -tal vez con menor trascendencia mediática- se multiplican en las escuelas de la provincia de Buenos Aires, donde numerosos alumnos que muestran sus cualidades ingresan al ámbito deportivo motivados por sus profesores de educación física, que apuestan en las aulas a una enseñanza inclusiva y, fundamentalmente, a que sus alumnos puedan desarrollar esas capacidades.
Precisamente, es al aplicar este criterio de educación inclusiva que la Dirección General de Cultura y Educación, a través de la Dirección Provincial de Educación Física, diseñó una currícula donde contempla la enseñanza de actividades físicas para todos los alumnos de los distintos niveles.
En todas las escuelas primarias y secundarias se dictan clases de educación física durante dos horas semanales. Para los alumnos de nivel primario se desarrollan dentro del horario escolar, mientras que en el nivel secundario es a contra turno.
La Directora General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Silvina Gvirtz, destacó la importancia de la Educación Física en las escuelas como herramienta de inclusión: “Al alumno se lo inicia en las prácticas deportivas a través del juego con el objetivo, en primer lugar, de que logre integrarse. Con esta política de inclusión buscamos que el deporte no remita más a una práctica deportiva con el acento puesto en la técnica, porque muchas veces ante la frustración provoca el abandono”.
“El objetivo es que los alumnos accedan a una práctica corporal y deportiva accesible a todos para que puedan sentirse interesados y disfrutar de la actividad física”, indicó Gvirtz.
Por su parte, el director provincial de Educación Física, Leonardo Troncoso, aseguró que “en la escuela primaria la educación física es de iniciación y recién en la secundaria hay mayor profundización. Hay toda una secuenciación de los contenidos de manera gradual y con mayores grados de complejidad hasta finalizar la secundaria. La idea es que el alumno cuando egrese de su ciclo escolar tenga todos los insumos para poder realizar educación física o un deporte, ya sea en forma recreativa o competitiva”.
“Bajo esta premisa -sostiene- la educación física incluye distintas prácticas corporales y el deporte es una de ellas. Se empieza con todo lo que referente al juego deportivo hasta llegar al deporte formal de acuerdo a las edades que tienen los alumnos en la escuela. Es decir, los alumnos hacen un tránsito por todas las prácticas corporales hasta culminar en la escuela secundaria con prácticas más avanzadas como puede ser un deporte en particular o gimnasia artística”.
La educación física acompaña la trayectoria deportiva del alumno y a aquellos que estén interesados en el deporte, y tengan las condiciones, se los asesora para que continúen en el Centro de Educación Física para profundizar sus destrezas.
En la escuela se abordan distintos tipos de prácticas por eso se le sugiere como alternativa integrar el CEF, ya que es una alternativa gratuita. En el nivel inicial también hay un gran avance. En Jardín de Infantes lo que se hace es juego. Hay una progresión de los contenidos y desde muy chiquito los chicos potencias sus habilidades motrices básicas y todo lo que tenga que ver con lo perceptivo.
Los Centros de Educación Física (CEF) son instituciones educativas públicas, gratuitas, de inscripción voluntaria y que dependen de la Dirección General de Cultura y Educación. Representan otra opción para estimular a los alumnos con la educación física.
En la Provincia de Buenos Aires hay 153 CEFs que atienden una matrícula de niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores de 125.000 alumnos, ampliándose la misma a 150.000 cuando se realizan proyectos especiales.
En uno de ellos, el CEF Nº 31 de Marcos Paz, fue donde Brian Toledo comenzó a desplegar su destreza y con la motivación de su profesor, Gustavo Osorio, llegó ahora a disputar los Juegos Olímpicos.
La alta competencia
Brian sostiene que “los Juegos Olímpicos serán una buena experiencia para aprender de los mayores para afrontar un 2016 más experimentado, con más aprendizaje”. Osorio fue quien lo alentó y lo guió en cada paso hasta llegar a participar en estas Olimpíadas 2012. Hasta allí llega el aliento de todo el país y sobre todo de toda la comunidad de Marcos Paz, que vio en cada lanzamiento de jabalina cómo Brian se convertía en un campeón nacional.
En su currículum consta que en 2009 alcanzó el tercer lugar en el Mundial de menores de la IAAF, disputado en Italia. En 2010 consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud desarrollados en Mar del Plata. Y en 2011 consiguió la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Este año ganó la medalla de oro en el Campeonato Iberoamericano de Atletismo y la medalla de plata en el Campeonato Mundial Junior de Barcelona. Y ahora va por la presea en los Juegos Olímpicos en Londres.